El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial evaluará en su sesión de finales del mes de noviembre la candidatura de la piedra seca para ser inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La nominación multinacional fue presentada por Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia, España y Suiza. En España están representadas las comunidades autónomas de: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cataluña, Extremadura, Galicia y Valencia.

El arte de la piedra seca conjunta una serie de conocimientos y técnicas tradicionales para hacer construcciones de distintos tipos. Se caracteriza principalmente porque no se utiliza ningún elemento de cohesión, las estructuras se logran gracias a la cuidadosa selección y colocación de piedras una sobre otra. Se considera que estas construcciones han sido de gran importancia en la prevención de inundaciones, deslaves, desbordamientos y otros fenómenos, también han sido fundamentales en la mejora de la biodiversidad, ya que crean condiciones apropiadas para la agricultura.

Si bien la candidatura fue presentada por los países mencionados, también la encontramos en muchos otros lugares, ha sido una práctica milenaria alrededor del mundo. Los portadores de estos conocimientos y técnicas son comúnmente comunidades rurales que realizan y mantienen estructuras de piedra seca como parte de sus ciclos agrícolas, las piedras se obtienen cuando limpian los campos para el cultivo, es decir que se consiguen localmente.

Además de la importancia de la piedra seca como elemento de sostenibilidad del espacio rural, el proceso de construcción de una estructura contribuye significativamente a la cohesión social, pues requiere de un trabajo colectivo y coordinado de las comunidades portadoras.

 

Imagen: © Grup Barracaire de Montroig del Camp, 2010
Un grupo de voluntarios liderado por el experto en piedra seca Albert Gavaldà restaurando la cabaña ‘Ventanes’, ubicada en Mont-Roig del Camp (Catalunya).